Alimentados de la Palabra de Dios, no arraigará la Mentira del Maligno y ante el Silencio de nuestro Señor, los susurros enemigos llenos de soberbia se volverá estrepitoso ruido que jamás nos seducirá por más que finja ser nuestra voz o la de la Luz.
Sólo Dios nos mantiene en Paz y Sosiego en medio del Mundo.
Al querer ser Pan en Cristo, Camino, Verdad y Vida, comenzamos a Crecer, entre ayunos y sacrificios, emprendemos la Pasión, Meditando Florecemos, Viviendo Fructificamos para un día ser Cosechados por Sus Ángeles y Encontrarnos en Él Resucitados a la Vida Eterna, todos los Suyos juntos, los Suyos, aquellos que nos fueron Confiados para que cuidásemos de ellos, a los que Servimos.
Hay un número fijado de almas a nuestro cuidado en el Jardín, la Labor del Jardinero es también Corredentora. Es preciso imitar a Cristo. Lo hacemos en/con/por nuestra Santísima Madre Siempre Viergen María.
Nos hacemos Pan al hacer morir nuestro grano... eso lo conseguimos teniendo a Dios Primero en Todo.
Él nos Sana.
Sana nuestro Corazón desde la Profundidad del Amor con que nos Ama, nos sana de mentiras, de vanidades, de amores propios, de materialismo, de tantas cosas que nos desgarran y dificultan cada latido...
Cantemos, con Alegría en momentos buenos y malos, en las duras y maduras, abramos el Corazón a la Alabanza Coral, Angélica junto con nuestro Guarda, en Comunión con toda Su Iglesia. En el Monte Santo de nuestro Interior en el que Mora Él hagamos Oración Fecunda, con pocas palabricas, permanezcamos allí sin descuidar la Labor, se puede, Tenga Presente a Dios y todo lo demás por Él, para Él por los Méritos de Su Hijo, con Él como Hijos suyos en Cristo.
AVE MARÍA
Sancte Michael Archangele,
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.