¡Gloria a Dios!
Nosotros con el Espíritu y la Iglesia decimos también
¡Ven!
En nuestra vida cotidiana, hoy al despertar, en este Encuentro que hemos desmenuzado en las Siete inmersiones de aquel Naamán, figura, y que son la Renovación Espiritual que necesitamos cada día, nuestra Sanación y Aprendizaje, nuestro uniforme para el Servicio en el Jardín, operarios del Señor nos hemos Encontrado con el Amor.
El Espíritu Santo se derrama en Nuestros Corazones vivificándonos el día para que sea agradable al Padre cuanto ofrezcamos, cada latido grita ¡Te amo Señor!, nuestros sentidos buscan Tu Presencia en los hermanos, en los sucesos del día, la Oración es Constante....
Es una música de fondo que nos despierta de la anestésica rutina y la aparente nada de lo cotidiano, No nos engañaremos, NO...
Hoy es el día en el que Él Actúa y lo quiere hacer con nuestras manos, Sus herramientas, cantamos…
Cantad mucho durante el día, sí, pequeños estribillos, los cánticos mantienen eficazmente la Puerta abierta a la Gracia mientras hacemos con la mayor perfección el Trabajo Santificador. En el canto hay que dejar luego las palabras y pasar a tararearlas con la M, siguiendo la música, vamos interiorizando y al mismo tiempo damos el Salto.
¿el Salto?
¡Qué Salto?
El Encuentro, Él en ti y tú en Él.
Aquí hay tres corceles:
¡Acógeme Señor!
¡Acógeme Señor Jesús!
Y
¡Acógeme Jesús!
Los tres son de pura Raza, sólo dependen del Estado del Alma, monte y Cabalgue con el Espíritu santo toda la Jornada.
Pida y agradezca la Presencia del Señor a su lado… Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma.
Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».
…se oyó ¡Yo te Bautizo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo! y Él le dio su Nombre…
y le dió Su Nombre para que lo llamara y el Hijo nos Enseñó...llámalo Abba
Padre Nuestro...
Padre
AVE MARÍA
Sancte Michael Archangele,
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.