Laborando de aquí para allá, Orientados, con la boca abierta o cerrada, Orientados, en constante Oración, incesante interior, entre Cantos de Alabanza y Gloria a lo largo de la Jornada, Siempre Orientados, entre risas y lágrimas, que hasta para reírse en plenitud y de Verdad siempre afloran… hay que estar Orientados.
Y es que nuestro Templo, este Corazón Encarnado está Orientado hacia el Sol que brilla sobre todo el Cuerpo del que somos miembros… Hacia el Sol de Justicia, nuestra alma mira constantemente hacia el Sagrario… Nuestra mirada es Eucarística, hacia la Eucaristía, el mayor Bien que Existe en la Creación… y el Verbo se hizo Carne y Habita entre nosotros…
¿y qué hacemos mirando espiritualmente al Sagrario en todo momento?... dejar que Él nos mire, aprender a mirarnos con los Hermosos Ojos de Nuestro Señor, bajo la mirada de nuestra Madre.
…firmabo super te oculos meos.
¡Jesús es mi Alegría!
Qué importante es la Orientación en el Jardín, cada plantica necesita una determinada forma de la Luz y una manera de recibir ese Sol… cada uno Vive, participando de la Totalidad del Sol, unos Colores del haz manera Especial…
Gracias Señor por Amanecer en este día de Ayuno, Calentarme y Fortalecerme con Tu Presencia Acogedora… me siento Devorado por Tu Amor al Consagrarme con Tu Mirada… Tú, sólo Tú serás mi Alimento, no dejes Señor que me desvíe ni a izquierda ni a derecha en Ti, mi Camino, Contigo Guardaré Tus Preceptos…que hermosos son Tus Mandatos, las Obras de Sus Manos Misericordiosas y Portentosas en las Creadas en Verdad Te reflejan mientras el Viento Cálido de Tu Espíritu Santo me Vivifica y lleva firme en Tu servicio.
AVE MARÍA
Sancte Michael Archangele,
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.