VatI
Si alguno dijere que Dios vivo y verdadero, creador y señor nuestro, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana por medio de las cosas que han sido hechas, sea anatema ...
Si alguno dijere que no es posible o que no conviene que el hombre sea enseñado por medio de la revelación divina acerca de Dios y del culto que debe tributársele, sea anatema ...
Si alguno dijere que el hombre no puede ser por la acción de Dios levantado a un conocimiento y perfección que supere la natural, sino que puede y debe finalmente llegar por sí mismo, en constante progreso, a la posesión de toda verdad y de todo bien, sea anatema...
Si alguno no recibiera como sagrados y canónicos los libros de la Sagrada Escritura, íntegros con todas sus partes, tal como los enumeró el santo Concilio de Trento, o negare que han sido divinamente inspirados, sea anatema....
Si alguno dijere que la razón humana es de tal modo independiente que no puede serle imperada la fe por Dios, sea anatema...
Si alguno dijere que la fe divina no se distingue de la ciencia natural sobre Dios y las cosas morales y que, por tanto, no se requiere para la fe divina que la verdad revelada sea creída por la autoridad de Dios que revela, sea anatema....
Si alguno dijere que la revelación divina no puede hacerse creíble por signos externos y que, por lo tanto, deben los hombres moverse a la fe por sola la experiencia interna de cada uno y por la inspiración privada, sea anatema...
Si alguno dijere que no puede darse ningún milagro y que, por ende, todas las narraciones sobre ellos, aun las contenidas en la Sagrada Escritura, hay que relegarlas entre las fábulas o mitos, o que los milagros no pueden nunca ser conocidos con certeza y que con ellos no se prueba legítimamente el origen divino de la religión cristiana, sea anatema ...
Si alguno dijere que es igual la condición de los fieles y la de aquellos que todavía no han llegado a la única fe verdadera, de suerte que los católicos pueden tener causa justa de poner en duda, suspendido el asentimiento, la fe que ya han recibido bajo el magisterio de la Iglesia, hasta que terminen la demostración científica de la credibilidad y verdad de su fe, sea anatema...
Si alguno dijere que en la revelación divina no se contiene ningún verdadero y propiamente dicho misterio, sino que todos los dogmas de la fe pueden ser entendidos y demostrados por medio de la razón debidamente cultivada partiendo de sus principios naturales, sea anatema...
Si alguno dijere que las disciplinas humanas han de ser tratadas con tal libertad, que sus afirmaciones han de tenerse por verdaderas, aunque se opongan a la doctrina revelada, y que no pueden ser proscritas por la Iglesia, sea anatema ...
Si alguno dijere que puede suceder que, según el progreso de la ciencia, haya que atribuir alguna vez a los dogmas propuestos por la Iglesia un sentido distinto del que entendió y entiende la misma Iglesia, sea anatema ...
Así, pues, cumpliendo lo que debemos a nuestro deber pastoral, por las entrañas de Cristo suplicamos a todos sus fieles y señaladamente a los que presiden o desempeñan cargo de enseñar, y a par por la autoridad del mismo Dios y Salvador nuestro les mandamos que pongan todo empeño y cuidado en apartar y eliminar de la Santa Iglesia estos errores y difundir la luz de la fe purísima.
Mas como no basta evitar el extravío herético, si no se huye también diligentísimamente de aquellos errores que más o menos se aproximan a aquél, a todos avisamos del deber de guardar también las constituciones y decretos por los que tales opiniones extraviadas, que aquí no se enumeran expresamente, han sido proscritas y prohibidas por esta Santa Sede...
En busca del Agua Santa del Jordán. La Fe Purísima... es inevitable ensuciarse con muchas tendencias, errores, herejías, que aún pareciendo ideas nuevas modernas son las de siempre o parten y participan de los venenos del de siempre... Así que Despiertos, bien despiertos...
El agua Santa no lo es en sí misma sino por la acción del Santo en ella mediante la Bendición que concluye la Petición en Comunión, es la Oración, el que recibe y el que administra Rezan juntos para que se derrame la Gracia, venga el Espíritu y ardan nuestros corazones encendidos por la Fe en Esperanza y Caridad con todos los Dones del la Tercera...
Es en las proximidades del Jordán cuando se divisa la muchedumbre de Hermanos que van a Bautizarse cuando nuestro Corazón es Impactado por la Realidad, tomamos conciencia de nuestra condición pecadora y la Gran Misericordia de Dios que nos llama a Sus Aguas de Salvación y Purificación, es Él quién nos lava, de todas nuestras trasgresiones, rebeldías y egoísmos, sí, es Él, pero el Todopoderoso necesita.... Misterio del Ser de Dios, necesita,sí, que Su criatura le entregue su voluntad de Comunión y en ese Camino de Retorno, Él mismo es quién sale a nuestro Encuentro, Él que es quién nos Busca como al Principio...
¿Dónde estás Adán?...
y arde nuestro Corazón en llanto de Amor, íntimo Encuentro con Él... no temas, la Paz sea contigo... sí, has vuelto a la Vida, estás en Mí y Yo en ti nos dice nuestro Padre Bueno.
Tomamos todas nuestras pestilentes propiedades y las llevamos al río, pero no para lavarlas, sino para dejarlas que el río las arrastre al mar Muerto, somos nosotros los que nos lavamos por la Acción del Agua que nos lava quedándose con eso tan nuestro, nuestros pecados para arrojarlos al fondo del mar...
Paz en la Conciencia. Plenitud en el Alma, Dios Mora en ella, en la tierra del hijo ha puesto Su Tienda el Padre. Es el Señor quién lo ha hecho. Es un Milagro Patente. Es un Secreto Cotidiano la muerte de aquella semillica que en el Silencio del Jardín germina y va creciendo y fortaleciéndose para llegar a dar hermosas Flores y Sabrosos frutos.
El manual de Heinrich Joseph Dominicus Denzinger, alemán, es buena fuente para beber.
AVE MARÍA
Sancte Michael Archangele,
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.
defende nos in proelio;
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus,
supplices deprecamur:
tuque,
Princeps militiae caelestis,
Satanam aliusque spiritus malignos,
qui ad perditionem animorum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.