Ya en Desierto o Tierra abundosa...
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Veis aquí mi corazón,
yo le pongo en Vuestra Palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,
mis entrañas y afición;
dulce Esposo y Redención,
pues por Vuestra me ofrecí:
¿qué Mandáis hacer de mí?
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... sólo Vos vivid en mí.